San Luis Potosí.- Francisco Javier Orozco Vázquez lleva casi un año en una cárcel de San Luis Potosí. Su delito: llamarse igual que un delincuente.
En enero fue detenido por las autoridades de Jalisco, con una orden de aprehensión de San Luis Potosí, acusado de robar y secuestrar a un empresario de aquel estado.
De acuerdo con los abogados de Francisco, un testigo afirmó que el secuestrador usaba dos nombres, uno de ellos Francisco Javier Orozco Vázquez, pero la descripción física del testigo no se acerca en nada a la fisonomía de Francisco.
La defensa de Francisco mostró las pruebas de que, el día de los hechos, él se encontraba en Tonalá, Jalisco, a cientos de kilómetros de San Luis Potosí. Una de las pruebas, de diciembre del 2018, es una fotografía que muestra a Francisco en el festival escolar de sus hijos.
De acuerdo con la información de la familia y los abogados de Francisco, enviada a MetrópoliMx Jalisco, al momento exacto del secuestro en San Luis Potosí, Franky, como todo el mundo lo conoce, practicaba en un club de motociclismo en Jalisco.
Los abogados de Franky habían acordado una nueva declaración del testigo que señaló a Francisco, desgraciadamente el testigo falleció.
Por ello, la defensa espera poder tener un careo con la víctima del secuestro, que describió a su captor como «obeso, barba y bigote, cabello corto tipo militar, moreno«.
De acuerdo con los abogados de Franky, la víctima afirmó que Francisco no era la persona que lo secuestró.
Sin embargo, estas afirmaciones de la víctima no las ha hecho de «manera legal«, a pesar de que desde marzo fue denunciado el caso, por lo que Francisco, continúa injustamente preso en San Luis Potosí.