Guadalajara/Jalisco/Noticias.-La violencia que ejerce el crimen organizado, «que decide quién vive y quién muere, es una manifestación de necropolítica«, aseguran en ciclo de conferencias de la UdeG.

Las masacres, desapariciones forzadas, violencia desenfrenada y reclutamiento de niños en el crimen son formas de subyugación de la vida al poder de la muerte en México que emana de dos fuentes: el Estado y el crimen organizado.



Con la necropolítica, el Estado y los criminales van moldeando la vida de sus ciudadanos y deciden cómo es que mueren. No sólo se trata de lo ejecutorio, sino también de otras cuestiones que permiten que la muerte de los ciudadanos se dé bajo el amparo del Estado”, aseguró la la doctora Priscilla Hernández Rodríguez, investigadora de la Universidad Autónoma de Tamaulipas.

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Casos como Tlatelolco son muestra de cómo el Estado actúa para matar a sus propios ciudadanos.

Lamentó que haya conformidad de la sociedad ante situaciones de violencia: «Que haya una balacera en una área pública o desapariciones ya no genera controversia en los ciudadanos. Entonces, en lugar de que la violencia ayude a que la ciudadanía se movilice en la petición de justicia, es condicionada para aceptar niveles cada vez más actos de violencia”.

En cuanto al uso de los niños que hace el narco, afirmó que: “En 2010 se hace el único informe sobre el tema. Se pensaba en 35 mil niños involucrados en el crimen organizado. Hoy no sabemos cuántos son, cuántos han muerto, el tipo de violencia que viven«.

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