El Salto, Jalisco.- Las cosas no marchan bien en el penal de máxima seguridad de El Salto, Jalisco. No de ahora, sino desde el año próximo pasado. El traslado de casi la mitad de la población penitenciaria vino a aligerar la presión, pero no del todo. También se fue comisionado a otra prisión un buen número de servidores públicos. Hoy, las riñas, las amenazas y el riesgo de motín sigue latente en el centro.

Una cárcelcaliente” es la que dejaron las últimas dos administraciones del penal. Y ahora, con menos internos, y mano dura, se pretende la pacificación de unas instalaciones que están en vías de cierre temporal para que se les dé un mantenimiento necesario y urgente, a 27 años de su inauguración.

Prueba de que la ingobernabilidad que ameritó el traslado de 380 reclusos la madrugada del primero de julio, continúa, son las más recientes riñas registradas al interior del Centro Federal de Readaptación Social Número 2Occidente”, ubicado a escasos metros del complejo penitenciario estatal de Puente Grande.

Al menos son dos las reyertas más visibles. La primera, ocurrida el 18 de agosto entre internos y custodios, que dejó un saldo de seis vigilantes lesionados, dos de ellos de gravedad por la fractura de costillas y otras contusiones que les mantienen hospitalizados. La otra, entre presos, el domingo 23 del mismo mes, sin que se registraran heridos.

Sin embargo, el problema no data del año en curso, donde la pandemia de Covid-19 vino a tensionar las relaciones entre las personas privadas de libertad y el personal carcelario de todas las áreas, al restringirse las visitas, sino de 2019, cuando un grupo de presos, comenzó a tener privilegios y relajó la seguridad del establecimiento.

Desde entonces a la fecha, el reclusorio federal ha cambiado de mandos directivos, algunos funcionarios aceleraron su proceso de jubilación laboral, y otro más fue asesinado, sin que hasta el momento, se aclare oficialmente el crimen, a pesar de que sus compañeros de trabajo se enteraron de las presiones y amenazas sufridas días antes del fatal evento.

 

Los últimos sucesos

La tarde del martes 18 de agosto a las redacciones de medios de comunicación, llegaron mensajes de que había una trifulca en el Cefereso 2 Occidente”.

Algunas reporteras y reporteros acudieron a las afueras del penal en espera de confirmar la noticia. Ahí todo aparentaba tranquilidad. Alguna que otra unidad de la Guardia Nacional entraba o salía de la explanada hacia el recinto. Sin aspavientos. Ninguna autoridad federal confirmaba o desmentía lo qué pasada.

La Secretaría Seguridad Pública Estatal fue, la que, a través de redes sociales, aseguró que no había ninguna riña en esa prisión y que todo había sido un error en la información.

Sin embargo, familiares de presos insistieron en que había problemas en algunos módulos por un presunto abuso de autoridad en contra de los internos.

A través de Whatsapp circuló un audio que alertaba, con voz masculina, madura: “El día 18 de agosto aproximadamente a las cinco de la tarde ingresó un grupo de oficiales del Cefereso 2 “Occidente” al módulo 7, según (eso) a realizar una revisión, lo cual no fue así. Sino fue una agresión directa en contra de los internos. Lo cual se extendió a los módulos 5, 6 y 8, dejando internos golpeados por órdenes del director Luis Fernando Mendoza Castellanos”.

Lo cual (sic), los internos de dicho centro se encuentran en una manifestación pacífica hasta que se les permita el ingreso a las autoridades de derechos humanos y a las del Órgano Desconcentrado de Readaptación Social, y lo cual, solicitamos que las autoridades competentes nos hagan caso. Ya”, finaliza la voz anónima, presumiblemente de una persona privada de libertad en esa cárcel.

Las autoridades federales hicieron mutis del suceso. Días más tarde, servidores públicos que laboran en el penal de máxima seguridad, habrían de confirmar lo ocurrido.

El área de Seguridad recibió el reporte de que en el módulo 7 un interno se hallaba en posesión de un teléfono celular. El comandante Jacobo, conocido como “El Camarón”, acudió al sitio con un grupo de custodios a exigir la entrega del aparato.

El comandante Jacobo, calificado por su propio personal como muy “especialito” con los reclusos, maltrató al presunto poseedor del móvil. Otro interno gritó que estaban golpeando a su compañero de encierro, y los del módulo 6, se alebrestaron.

Salgan ahora que esto se va a poner muy mal, le dijeron a dos de nuestra compañeras de psicología que estaban brindando atención a los reos”, asegura un miembro del personal técnico que se entrevistó con las mujeres.

Muy enojados los reclusos, empezaron a golpear al personal operativo. “Al Camarón lo arrojaron del segundo piso por las escaleras y se rompió las costillas. Está muy grave. Agarraron parejo y a todos los compañeros los golpearon. Ahí se activó el Código Azul (agresión a empleado). Hasta un oficial que es buena onda con los internos la llevó de perder. Y eso que en el traslado se llevaron a lo peorcito de la población penitenciaria”, refiere un guardia a Metrópolimx Jalisco.

Una de las trabajadoras sociales, comenta hasta con cierto dejo de inocencia “Yo le pregunté a un señor (interno), oiga ¿por qué andan portándose mal? Y él me dijo, es que este director (Mendoza) Castellanos ya nos tiene hasta la madre”, en clara referencia a que el titular del Cefereso 2, experto en cuestiones de seguridad penitenciaria ha pretendido recuperar la disciplina perdida antes de su llegada.

 “Pero los internos ya tenían al centro muy agarrado”, agregó la fuente anónima.

 

La descomposición

Actos de corrupción e intimidaciones por parte de internos pertenecientes a la organización de Los Zetas, encabezados por su líder preso Miguel Ángel Treviño MoralesZ-40” inició el resquebrajamiento del orden.

Miguel Angel Treviño Morales «Z-40».

Todo inició cuando con amenazas, exigieron que a sus visitas no las revisaran, se permitiera el ingreso de alimentos diferentes a los que proporciona la institución y dejaran entrar cosas de contrabando”, señalaba un mensaje escrito por custodios a mediados del mes de junio.

Desde principios de año, “Z-40” obtuvo de las autoridades carcelarias le permitieran que estuviera cerca de él su compinche Juan Pedro Farías SaldívarZ-27”, uno de los reos iniciadores del sangriento motín de 2016 en la cárcel de Topo Chico, en Nuevo León.

Se lo pusieron de vecino en su pasillo, al igual que otros zetas, adueñándose del control del dormitorio”, destacó de forma anónima un servidor público.

Con colaboración de los funcionarios de mayor jerarquía de ese entonces, dirigidos por Salvador del Monte Solís, Treviño Morales consiguió que otros presos de su grupo fuesen reubicados en el módulo 4 para expandir su poder.

Somos custodios que trabajamos en Puente Grande, donde siguen las amenazas. El día que asesinaron al juez federal de Colima, “Z-40” y su gente lo celebraron. Ya no podemos hacer nuestro trabajo por amenazas y los tratos preferenciales que nos obligar a darle a estos internos”, detallaba el mensaje de hace tres meses.

Nos piden que rompamos reglas como horas de dormir y pase de listas. Desde que están juntos Los Zetas empezaron a cumplir sus amenazas. Varios de los compañeros ya notaron que nos siguen y han amenazado a las familias de algunos compañeros. O hacemos lo que nos dicen o nos matan. Ellos están en huelga de hambre presionando actualmente para que les dejen pasar a sus visitas y sus abogados, que son los que dan órdenes, por eso les urge”, advertían desesperados.

A mediados de mayo, trascendió que el otrora director Del Monte Solís, se separó del cargo al haber contraído Covid-19, y debido a sus más de 60 años de edad, ya no regresó al cargo.

Fue suplido provisionalmente por los funcionarios que le seguían en jerarquía, por periodos. Después trascendería que el ex directivo, ya no soportaba la presión y solicitó al gobierno federal que por favor le sacaran del apuro.

Las presiones en general de la población penitenciaria para que se reanudaran las visitas familiares suspendidas en la última quincena de marzo fue la constante en el mes de mayo, registrándose dos eventos amenazantes que en apariencia fueron contenidos.

En uno de ellos, internos retuvieron a varios vigilantes en un módulo, interviniendo para solucionar el conflicto, el director técnico Julián Hidalgo. En otro desaguisado, presos que salieron a ingerir alimentos al comedor, se resistían a volver a sus estancias. Intercedió el subdirector técnico, Marcos Alberto Corona Baltazar, para que se desactivara el conflicto entre el 1 y 2 de junio.

Marcos Alberto Corona Baltazar les habría prometido que pronto se reabrirían las puertas a la visita, pero la noche del 3 de junio, el servidor público fue asesinado a tiros al salir del Cefereso.

El hombre manejaba el auto oficial asignado poco después de las 10 de la noche, sobre la carretera a El Salto, cuando en el entronque con la carretera libre a Zapotlanejo, en Tonalá, fue alcanzado por sujetos armados que le dispararon desde vehículos en marcha. Corona, perdió el control del automotor y se impactó contra una chatarrera, donde sicarios llegaron para darle el tiro de gracia.

Otro escrito anónimo de personal del penal federal, llegó a la redacción, a días de la muerte de su compañero-jefe.

Bajo el título de “¿Cuántos más tendremos que morir?”, se aseguró que el licenciado Marcos Alberto, recibió amenazas de Los Zetas por no acceder a algunas de sus peticiones u órdenes y que hasta su casa acudieron presuntos abogados a darle un ultimátum.

Marcos Alberto Corona Baltazar. Asesinado.

Que si no hacía lo que su patrón (“Z-40”) ordenaba no pasaría de este mes y lo cumplieron”, decía la misiva adornada de fotografías.

El traslado

El vacío de poder en la institución fue llenado en apariencia el 8 de junio, cuando el Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social (OADPRS), designó a Luis Fernando Mendoza Castellanos, como nuevo director del Cefereso 2.

El funcionario se desempeñaba como director de Seguridad Penitenciaria del referido órgano y supervisaba todos los Ceferesos del país.

La primera acción del nuevo director fue reabrir ese mismo día el acceso a la visita para calmar los ánimos de los presos, en tanto realizaba un diagnóstico de lo que estaba sucediendo para cortar la corrupción, los privilegios y el riesgo de evasión de Los Zetas.

En coordinación con las autoridades de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, llegaron a una conclusión: desactivar el poder de “Z-40” y su gente a través de un traslado masivo a alguno de los penales federales de más reciente creación.

El 30 de junio se tenía todo planeado. El sorpresivo traslado se realizaría al Centro Federal de Readaptación Social número 17 CPS, en Buenavista Tomatlán, Michoacán.

El Comité Técnico ya había palomeado una lista de los internos del más alto perfil criminal que debían ser remitidos a otra prisión considerada de máxima seguridad.

Pero no solo se habló de los reclusos, también de la necesidad de comisionar personal, pues el que había en Tierra Caliente, no era suficiente. Se destinó aproximadamente 80 servidores públicos de diversas áreas.

La madrugada del 1 de julio, personal de la Marina Armada de México, del Ejército Mexicano y de la Guardia Nacional, apoyaron el traslado de 380 personas privadas de libertad desde el Cefereso de El Salto hasta la Base Aérea Militar número 5, en Zapopan. Un desfile de más de 30 kilómetros cruzando las ciudades de Tonalá, Tlaquepaque, Guadalajara y Zapopan, para que los reos fueran puestos enMichoacán.

Miguel Ángel Treviño MoralesZ-40”, encabezó la lista. También fueron remitidos Juan Pedro Farías Saldívar y otros de Los Zetas. Jefes de células del Cártel Jalisco Nueva Generación, como César Cazarín Molina “El Tanque”, Yovani Urbano Castro y Domingo Medina Díaz. Además de Armando Flores Arreolay Melvín Gutiérrez Quiroz, del Cártel Arellano Félix. Y el presunto secuestrador de la francesa Florance Casez, Israel Vallarta Cisneros. 

César Cazarín Molina “El Tanque”. En la lista de los 380 trasladados a Michoacán.

Otros reos trasladados fueron J. Jesús Recino Ramos, Josué López Guzmán, Francisco Humberto Segovia Domínguez, Juan de la Cruz Pérez Pérez, Juan Carlos Salazar de la Cruz, Juan Manuel Salinas Llano y José Gabriel Zúñiga Ovalle “El Delta” y el ex líder de “Los Salazares” del Cártel de Sinaloa, Adán Salazar Zamorano “Don Adán”, entre otros.

Esta salida masiva permitió a las autoridades dejar la población penitenciaria por mitad y cerrar el “Lado A” del centro federal, donde quedaron vacíos los módulos 1, 2, 3 y 4.

A todos los reclusos los pasaron del “Lado B”, a los dormitorios 5, 6, 7, y 8.

Asimismo, quedaron con menos internos los módulos de Tratamientos Especiales (hoy número 10) y el Centro de Observación y Clasificación (C.O.C), ahora llamado módulo 9. Fue en esta área donde se registraron los nuevos sucesos violentos.

El pasado 20 de agosto, custodios de la ingobernable prisión de Jalisco, enviaron un comunicado a los medios para quejarse de su desventajosa situación, tanto laboral, como para convivir con internos de la delincuencia organizada, debido a lo reducido del personal.

Señalaron que ahora un solo vigilante se encarga de la custodia de 80 presos y los hacen trabajar 15 días seguidos por 15 de descanso.

En tanto que los enviados a Michoacán señalan que los obligan a pernoctar en barracas habilitadas como dormitorio de personal, debido a la precariedad de los viáticos.

Los sucesos 

Mayo 8

Fallece en el Cefereso 2 el narcotraficante Moisés Escamilla May “El Gordo May”, líder de una de las células de Los Zetas que operaba en Quintana Roo. El deceso se debió al Coronavirus, confirmaría horas después el Sector Salud de Jalisco.

Mayo 12

La asociación civil Documenta presenta demanda de amparo en favor de la totalidad de internos del penal federal reclamando “la omisión (de autoridades) de implementar acciones para prevenir el contagio de COVID-19 en Cefereso 2, así como proporcionar insumos básicos de higiene”. La demanda es desechada por “no mencionar nombres de los reclusos”.

Mayo 18

La Secretaría Técnica de Combate a la Tortura, Tratos Crueles e Inhumanos, del Instituto Federal de Defensoría Pública (IFDP) promueve amparo en favor de 379 internos de los que llevan asuntos judiciales por la “omisión de realizar acciones efectivas para la prevención del contagio del virus denominado COVID-19”. Pendiente de resolver.

Mayo 29

La Secretaría de Salud del Gobierno del Estado de Jalisco anuncia la inmediata aplicación de 500 pruebas rápidas para detectar Coronavirus en la institución penitenciaria.

Junio2

En uno de los ocho módulos del penal de máxima seguridad, se registró la protesta de internos que bajaron al comedor reclamando la reapertura de la visita y se resistían a regresar a sus estancias. El subdirector técnico, Marcos Alberto Corona Baltazar les convenció de desistirse del disturbio anunciándoles que pronto habría visita familiar.

Junio 3

El funcionario Marcos Alberto Corona Baltazar fue asesinado a balazos al salir de la prisión federal por la noche, cuando se dirigía hacia su casa a bordo de un automóvil oficial. Sobre la carretera a El Salto en su entronque con Libre a Zapotlanejo le dieron alcance sus persecutores y lo acribillaron.

Junio 8

El Órgano Administrativo Desconcentrado Prevención y Readaptación Social (OADPRS) designó nuevo director del Cefereso 2 en la persona de Luis Fernando Mendoza Castellanos, en sustitución de Salvador del Monte Solís. Ese mismo día se reactivó la visita familiar.

Junio 30

El OADPRS ordena la comisión por tiempo indefinido de aproximadamente 80 servidores públicos de diversas áreas del Cefereso 2 de Jalisco al Cefereso CPS 17 en Michoacán, a presentarse en ese centro a partir del 6 de julio.

Julio 1

Se efectúa traslado masivo de 380 reclusos del Cefereso 2 al Cefereso CPS 17 en Michoacán, entre ellos la mayoría de los miembros de la organización criminal Los Zetas, encabezados por el preso Miguel Ángel Treviño Morales “Z-40”.

Julio 3

El IFDP presentó una demanda de amparo en favor de 224 presos del total de 380 que fueron trasladadas del Cefereso 2 al Cefereso 17, en Michoacán, pues eran sus defendidos en procesos penales.

Agosto 18

Custodios ingresan al módulo 7 para practicar una revisión en busca de un aparato celular reportado al área de Seguridad. Internos se quejaron de malos tratos y agreden al personal dejando seis custodios lesionados, dos de ellos de gravedad. Presos de módulos 5, 6 y 8 se agregaron a la inconformidad y realizan acciones de resistencia.

Agosto 23

Nueva riña en módulo del Cefereso 2, ahora solo entre internos, sin que se reportaran personas lesionadas.

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