Puerto Vallarta, Jalisco.- El afán revisionista de la historia nacional de parte del gobierno sigue, y el subsecretario de Población y Migración de la SEGOB, Alejandro Encinas, sugirió que se cambie el nombre del aeropuerto de Puerto Vallarta, que lleva el nombre del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, a quien Encinas y los militantes del partido oficial consideran «represor«.
El proceso de cambio de nombre no es algo que se pueda hacer de un día a otro, y como ejemplo está el aeropuerto de Manzanillo, que tardó diez años para cambiar de Aeropuerto Playa de Oro a Aeropuerto Internacional de Manzanillo-Costa Alegre.
Además, la terminal aérea es más conocida como Aeropuerto Internacional de Puerto Vallarta; casi nadie la llama por su nombre oficial, y es el segundo nombre el que se usa, como claramente se ve en los letreros que ostenta.
Apenas hace unos días, con el pretexto de una restauración, fue retirada la estatua de Cristobal Colón del Paseo de la Reforma de la Ciudad de México.
Claudia Sheinbaum, jefa de gobierno, dijo que habría que someter a una «consulta» el que la estatua regrese, o no, a su lugar.
La misma Sheinbaum ordenó en diferentes ocasiones retirar placas conmemorativas de inauguraciones de obra pública que tuvieran el nombre del presidente que gobernó de 1964 a 1970, aduciendo las mismas razones que Encinas.
La esposa del presidente se encuentra de gira en Europa entregando mensajes de su marido, exigiendo disculpas al Vaticano por la Conquista (cosa que el Pontífice Francisco hizo desde julio de 2015, disculpa que ofreció a toda América Latina) y queriendo «recuperar» objetos históricos mexicanos en posesión de diferentes instituciones europeas.
La gira se antoja absurda al no tener la esposa de AMLO cargo oficial (hace tareas de canciller), y con los enormes problemas que México tiene y que se han agravado a partir del cambio de administración.