La comedia será la última en recuperarse de la pandemia: Jaime Rubiel

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Guadalajara, Jalisco.- Uno de los grandes comediantes actuales en nuestro país, quien hace gala del humor y del ingenio de la comedia mexicana clásica, es Jaime Rubiel, también conocido como «El Perrón de la Comedia«, de gran carrera en televisión, centros nocturnos y espectáculos masivos.

Jaime Rubiel ha hecho su marca personal el gracioso choteo que hace de la manera de hablar y de comportarse de algunos habitantes de las colonias más populares de la Ciudad de México (conocidos como «ñeros»; «ñero» es contracción de la palabra «compañero»), y lo de «El Perrón de la Comedia» le viene por uno de sus chistes llamado «El Perro Ñero«.


Durante una entrevista exclusiva con MetrópoliMX Jalisco, Rubiel (su segundo nombre, que muchos piensan es su apellido), comentó su pesar por lo que denominó como el abaratamiento de la comedia con la aparición de muchos de los llamados standuperos, que carecen de las tablas necesarias para hacer reír al público, pero que se sienten estrellas de un espectáculo que no dominan.

También habló sobre su carrera, el cómo es dedicarse a la comedia y cómo ve al país en el momento actual. Eso sí, haciendo que el entrevistador soltara la carcajada en varias ocasiones.

MetrópoliMX.- La primera pregunta, para quienes por alguna razón no te conozcan. ¿Quién es Jaime Rubiel? ¿De dónde viene?

Jaime Rubiel.- Bueno, yo me dedico al humor desde hace algunos años. Originalmente era músico profesional desde muy jovencillo, andaba de baterista acompañando artistas en aquella época de los 70’s. Desde muy escuincle andaba en la vagancia, y después me hice cantonto (cantante), y de ahí, por andar de hablador, llegué a la comedia, que fue donde me di cuenta que que era un universo increíblemente amplio y eficaz para hacer nuevos amigos y divertirse mucho, por supuesto, Más o menos, en pocas palabras, esa es la trayectoria.


MetrópoliMX.- En la comedia, que sin duda ha sido muy noble para ti, haz abierto tu propio espacio, te haz hecho un nombre, ¿cómo son los inicios, es complicado meterse a la comedia, cómo es abrirse espacio habiendo como hay en México muy buenos comediantes de los tradicionales, no tanto de stand up que están de moda ahora?

Jaime Rubiel.- En mi caso es muy diferente. Mi generación fue de experimentar muchos años en los centros nocturnos, en teatros, en andar chambeándole duro. Lo que los antiguos decían, hacer tablas, y que te lleva a tener la experiencia suficiente para desempeñarte con cierta dignidad en la vida.. Nosotros… en mi generación el humorismo estaba muy limitado, para empezar. Los que iniciamos el el humor en os centros nocturnos veníamos de una transición, en los que empezamos a ser una especie de showman. Nos habían enseñado gentes como Luis «Bibi» Hernández, como el maestro Sergio Corona, y en su momento retomado por Jojojorge Falcón, Óskar El Espectáculo, eran pocos los humoristas en México. Con Jorge Ortiz de Pinedo, se abrió la puerta (de la televisión) para todos los que andábamos dando la vuelta por los centros nocturnos de toda la República. Ibamos por todos lados, pero no éramos los que encabezábamos el show, éramos parte de la variedad, y poco a poco se fueron abriendo las cosas hasta que los comediantes empezamos a ser los estelares en algunos lugares, y con la televisión se consolidaron muchas cosas. En mi caso, fue desarrollarme en base a prueba y error en todos los puntos de espectáculo donde podíamos mostrar nuestro quehacer. Era la única manera. Ya cuando nos empezamos a profesionalizarnos vinieron los estudios como el de stand up, que ahora lo redescubrieron las nuevas generaciones y se ha vuelto un boom. Desgraciadamente, por el mal manejo que se ha hecho, porque es muy barato acceder a un curso de un mes luego del cual resulta que eres artista y comediante con derecho a pendejear a todos los que tienen una vida en esto de la comedia, ahora la palabra «comediante» se ha devaluado; es una porquería esto. No necesariamente quiero decir que todo el stand up actual en sí sea malo. Hay algunos que son buenísmos y, supongo, ellos serán los que permanezcan; pero la mayoría de ellos se creen que con un mes ya tienen derecho a ser considerados comediantes, y lo alegan y lo presumen, y uno se queda como baño de asiento, anonadado, viendo nomás tanta babosada que dicen; una suerte de bromitas estúpidas y ya sienten que son creativos. No puede ser. Pero pues así están las cosas y habrá que esperar a que se asienten.

MetrópoliMX.- Sin embargo, la calidad permanece y prevalece además en este caso, porque esos entre comillas llamados nuevos valores realmente poco tienen qué hacer ante ustedes, que lo mismo cantan que bailan e improvisan, cuentan chistes… Es muy ancha la brecha que hay y es muy fuerte lo que dices, que ahora se ha abaratado la comedia.

Jaime Rubiel.- Sí, eso es cierto. No sé si sea cuestión de evolución o si sea un mal que deba de pasar, porque cada circunstancia se da porque la sociedad así lo requiere. Como que cada ciclo va teniendo la comedia que se merece. Pero actualmente la comedia, cuando empezó a abrirse a la leperada nomás porque sí, sin ningún sentido, esto se empezó a abaratar. Yo creo que malamente muchos hemos entrado en ese juego con tal de permanecer en las vitrinas. En realidad, el arte de la comedia, comparado con lo que actualmente tenemos en el horizonte, tiene todo menos arte. Son pocos los que desarrollan las cosas de manera tal que se pueda considerar como, al menos, un intento artístico, pero esos pocos son muy buenos. La nueva generación con Franco Escamilla, los Tres Tristes Tigres que son excelentes, son gente creativa y no están peleados con el humor tradicional. Parece que los muchachos que estudian stand up tienen como consigna denostar la comedia que nos ha llevado hasta lo que somos y que estamos haciendo ahora. Mismo Franco Escamilla dice que el no es exactamente stand up, si no un comediante, y se forjó en los públicos de centro nocturno en Monterrey, donde hay una gran escuela, un lugar que se llama el Unicornio Azul, que tiene décadas creando generaciones y generaciones de comediantes, muchos muy buenos.

MetropoliMX.- Volvamos al tema principal, que eres tú, Jaime. Por favor, para quienes lean esto en MetrópoliMX en Jalisco y Baja California Sur, cuéntanos cómo un niño de Veracruz, llegó a la capital, se hizo experto en el modo de hablar y utiliza de manera magistral el modo de habla como casi nadie.

Jaime Rubiel.- El origen es como un stand up de cuando empezaba en esto, y es que es lo que fue mi vida. Nosotros emigramos de Veracruz hacia la capirucha porque todos dicen que buscan el sueño de superación, y nosotros no llegábamos a tanto, nomás buscábamos qué tragar. Llegamos aquí a la periferia de la gran urbe, y teníamos una casa estilo barroco en Netzahualcóyotl; más bien era estilo barraca, pero decíamos así para que no sonara tan gacho. Y ahí andábamos, batallando entre lodo y salitre. Cuando llegamos de allá para acá la característica del hablar veracruzano, es inconfundible, y cuando salía a jugar con los chamacos no me la acababa, mi hermano. Nada más abría el hocico y todos se burlaban, y yo buscaba cómo defenderme de esos que se distinguían por su buen hablar, con un español netamente capitalino (fingiendo un comiquísimo el acento de la Ciudad de México): «¿Ya oíste cómo habló ese pinche naco?», y en el instinto de supervivencia me convertí en un chilango honorario. Esa parte de la comedia me ha dejado muchas gratas experiencias y el reconocimiento de una parte de público. Porque hablo de lo que es el barrio, porque lo viviste, lo mamaste -sin albur-… Puedes salir del barrio, pero el barrio nunca sale de ti.

MetrópoliMX.- Jaime, prácticamente has hecho una marca registrada del hablar ñero, en el sentido humorístico, por supuesto. ¿Cómo te reciben en otros lados de la república, qué te dicen, cuál es la actitud de la gente  hacia ti y tu comedia, que normalmente es recibida de manera positiva?

Jaime Rubiel.- Afortunadamente ha sido una bendición el que la gente nos haya hecho un lugarcito en su corazón, porque el 99.99 por ciento son experiencias muy gratas. La gente es muy linda. Como no les llevas tragedias ni mitotes ni llegas en plan de la superestrella que México esperaba, y por la actitud que te da la comedia de hacer amigos, es necesario ser agradable. No puedes ser comediante llegando con una jetota o sintiéndote como que eres Marlon Brando. No tiene caso. Para mí, las experiencias han sido inolvidables. Hemos tenido la suerte de ir a Estados Unidos y Centroamérica y, desde que la comedia mexicana, se internacionalizó, veo que pusimos muchas bases de la comedia que se hace en esos países, tal vez con excepción de Argentina y uno que otro lugar. Eso no es de ahora, tiene muchos años, no de mi generación, si no desde Cantinflas, TinTán, que eran unos genios y humoristas inolvidables.

MetrópoliMX.- Ustedes no son mensajeros de malas noticias, ustedes lo que buscan es lo contrario, que es hacer reír. En este momento, ¿cómo ves tú el papel de la comedia para la vida nacional y de los mexicanos?

Jaime Rubiel.- Una muestra de que la comedia es tan importante en la vida nacional es, una, que los mexicanos queremos fiesta y siempre queremos echar desmadre; es parte de nosotros. No puedes sacarlo del inconsciente colectivo ni del alma nacional, y la muestra de eso es el éxito que tienen todos los que cuentan chistes, aunque sea nomás a lo puritito pendejo, pero con éxito al fin. Aunque sea nomás con sus cuates, pero la comedia es tan necesaria que cualquiera que se meta a esto, funciona. Poco, mucho o regular, pero funciona. La comedia es maravillosa, es una catarsis que te permite olvidarte por momentos de cosas muy graves. La comedia hace que las cosas más horribles de la vida se tamicen y se les quite lo grave. A menos que no tengas talento y empieces a decir una serie de babosadas que en vez de mejorarlo lo empeoren. La comedia es cuestión de tiempo, y normalmente de las grandes tragedias han salido grandes chistes. Claro, no es bueno que luego de una gran tragedia te pongas a hacer chistes, resulta de mal gusto, no porque la comedia no lo permita, que lo permite todo; la comedia permite que seas sarcástico, que tengas humor negro, que seas agresivo que seas autodestructivo; lo que no es válido es que no seas solidario con el dolor de tus compatriotas o con el dolor de una persona que está padeciendo algo grave. Para mí, ese es el único freno que debería haber. hay que ser empáticos con el drama de algunas familias, de algunas gentes.

MetrópoliMX.- Ahora, ¿los comediantes y el medio del espectáculo cómo están viviendo todo este caos en que ha puesto la vida de todos la pandemia de Covid-19?

Jaime Rubiel.- Yo creo que todos en el mundo estamos tratando de adaptarnos a las nuevas circunstancias. Se están intentando nuevos modos de presentarnos en lugares espaciosos, en coches, en lugares grandes. Ojalá funcione, porque los intentos ahí van, parece que pintan bien, pero falta aterrizarlos. Se hacen intentos en las nuevas plataformas de los medios como Zoom o Facebook Live, en donde puedes hacer shows. Aunque es difícil, porque la comedia sin la respuesta inmediata de la gente siempre duele al comediante, porque estamos acostumbrados a la respuesta cálida del público, y así es muy impersonal, muy frío. De hecho, hay grandes humoristas que sin público pierden el encanto, no porque sean malos sino porque necesitan a la gente riéndose, porque no se da esa sinergia. Uno quiere que, por lo menos, alguien te miente la madre, pero sin gente sí nos pega. Pero tenemos qué adaptarnos, qué remedio. Nosotros fuimos los primeros afectados por la pandemia, y vamos a ser los últimos en recuperarnos. Habrá qué esperar y seguir abriendo caminos.

MetrópoliMX.- El público que ya te conoce, y los que están por seguirte, ¿cómo pueden ver lo más reciente que estás haciendo?

Jaime Rubiel.- Estoy a punto de hacer una especie de programa, aunque ya tuvo uno que se llamaba El Talk Show, que duró dos años en Facebook Live, pero se lo llevó la pandemia porque el estudio era muy pequeño y teníamos grupos en vivo, y poco a poco se nos fue acabando el chance de invitar a la gente por las medidas restrictivas respecto a los contagios. No quisimos repetir los programas porque lo íbamos a quemar, y lo dejamos como un buen recuerdo. Pero en unos quince días, empezaremos a distribuir un nuevo show en las redes con menos producción, pero con la calidad necesaria que merece el público. Y ahí nos van a encontrar, diciendo una serie de babosadas, presentando personajes y va a ser mucha más comedia ya sin músicos.

MetrópoliMX.- Por último, Jaime, ¿puedes dejar un mensaje para tu público y los mexicanos en general?

Jaime Rubiel.- Básicamente, el mensaje sería que necesitamos recordar todos los días lo que somos y lo que hemos sido y que nadie ha podido destruirnos. A pesar de explosiones, Fobaproas, extranjeros despiadados, tanta méndiga rata infeliz que han arrodillado a nuestro país… A pesar de esos animales seguimos vivos. Si esos no nos han matado, tampoco estas circunstancias difíciles lo lograrán. Yo sé que, a como de lugar, vamos a salir adelante. Porque así somos. Decían que si hay un cataclismo nuclear sólo iban a sobrevivir las cucarachas. Las cucarachas y nosotros. Con la pandemia hay que cuidarnos. No por ser débiles, si no por amor a los nuestros y por respeto a los demás. Hay que usar cubrebocas para no contagiar ni ser contagiado, pero es especialmente una muestra de respeto a otros seres humanos. Eso nos va a ayudar a salvar muchas vidas. Les mando un gran abrazo, y estoy seguro que las bendiciones no tardan en llegar.

Caricatura de Fabio @Fabiocarton

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