Tlaquepaque, Jalisco.- El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro Ramírez, tuvo que salir a reconocer que el espiral de violencia que sacude a este Pueblo Mágico, es derivado del estallido de una disputa entre grupos delictivos por el control del territorio.
Con una alcaldesa como Citlali Amaya, completamente ausente, la disputa por el control de venta de drogas, comenzó a recrudecerse desde la primera semana de febrero.
El pasado 4 de febrero fueron encontrados tres cuerpos sin vida y calcinados dentro de una finca en la calle Poza Rica en la colonia San Pedrito.
El 5 de febrero fue asesinado a balazos un joven en la calle Central y Adolfo Ruiz Cortines en la colonia Francisco I. Madero.
El 7 de febrero fueron asesinadas a balazos dos mujeres y un hombre en un picadero, localizado en la calle Mata Redonda y Cerro Azul en la colonia San Pedrito.
El gobernador dijo que desde esta semana comenzó a reforzar la seguridad en Tlaquepaque y la zona valle de Tlajomulco, después de la llegada de elementos del Ejército Mexicano, tratando de revertir la violencia que se desatado en la zona.